Emmitt Garza, un paciente de ocho años con coartación aórtica, estaba jugando al aire libre como de costumbre, cuando se quedó sin aliento.

"Mi corazón latía rápido, pero tomé un poco de descanso y me puse mejor", expresó Garza. 

La madre de Emmitt pensó que era solo un resfriado, pero después de una resonancia magnética, el médico le diagnosticó coartación aórtica, un estrechamiento de la aorta.

"No presentan síntomas, la mayoría de las veces, pero tienen la tensión arterial elevada. Pero en el caso de un bebé, un niño pequeño o incluso un adolescente, no es tan frecuente y debería ser motivo de preocupación", dijo Victor Bautista, médico jefe de cirugía de Christus Children's de San Antonio. 

La coartación aórtica desencadena hipertensión cuando se estrecha e inhibe el flujo sanguíneo.

"Específicamente para este paciente había dos opciones que eran muy factibles -intervención en el laboratorio de cateterismo, o la cirugía", reportó Victor Bautista.  

Sin embargo, no fue una decisión fácil para su madre, Breanna Garza. "Fue muy angustiante, sobre todo sin saber el resultado", comunicó. 

Emmitt es una de solo 200.000 personas que sufren de coartación aórtica, pero después de su cirugía, está sano y realmente ansioso por volver a su tarea de matemáticas. 

"Es un tornado de Texas, eso es lo que es. Desde que se despierta hasta que se duerme, siempre está en marcha", agregó Garza. 

El Dr. Bautista dice que la reparación utilizó solo el tejido natural de Emmitt y es poco probable que tenga problemas en el futuro. Si por casualidad, surge un problema, la próxima vez que se sometería a un procedimiento de laboratorio de cateterismo - una solución mucho más fácil y más rápido.