Casi 52 millones de estadounidenses padecen de dolor crónico, un dolor debilitante que persiste durante meses o años y que puede deberse a cualquier causa, desde una enfermedad hasta una lesión.

Según los especialistas, esta condición se puede tratar con un fármaco muy conocido que suele utilizarse como anestésico.

A los 19 años, Emily Ryan era la típica estudiante universitaria de primer año, jugando tenis, tomando clases, y disfrutando de sus amigos, hasta que una noche comenzó con los síntomas. 

"Me acosté en la cama completamente sana, sin problemas, y me desperté completamente paralizada de cintura para abajo y me había orinado en la cama", dijo Ryan. 

Ese fue el comienzo de su viaje de 10 años con dolor crónico.

"El tratamiento convencional del dolor crónico es a través del enfoque biomédico. Por lo tanto, aquí hay un medicamento, aquí hay una inyección, aquí hay una cirugía, a menudo, no abordar los otros componentes que están asociados con él", informó Pavan Tankha, médico de recuperación integral del dolor de la Clínica Cleveland.

Por tal motivo, el doctor Tankha adoptó un enfoque diferente en el tratamiento de Emili, y utilizó ketamina.

"Entraba en la sala de infusión, le poníamos una vía intravenosa y, en función de su peso, le infundíamos una cantidad de ketamina durante 40 minutos. Repetimos ese proceso cinco días seguidos. Los efectos analgésicos de la ketamina pueden ser inmediatos o pueden tardar hasta tres o cuatro semanas en aparecer", agregó Tankha. 

Desde que empezó sus tratamientos con Ketamina, Emily ha vuelto a hacer las cosas que le gustan, e incluso ha montado un negocio de flores. "Lo que es realmente especial de nosotros, al final de todos nuestros eventos, todas nuestras flores vuelven a los trabajadores de la salud y a los pacientes. La ketamina realmente me ha devuelto la vida", expresó.