En la comunidad hispana, el cáncer de seno sigue siendo una preocupación apremiante. Las mujeres hispanas enfrentan desafíos únicos en su lucha contra esta enfermedad, que van desde barreras culturales hasta obstáculos en el acceso a la atención médica de calidad.

Para algunos pacientes, el simple hecho de escuchar la palabra cáncer, puede derribar a cualquiera y cuando el ser diagnosticado con esta enfermedad, recibe la noticia por sorpresa.

Gloria Infante, nacida en Reynosa, es madre de 9 hijos, y es una de las tantas mujeres sobrevivientes del cáncer de seno. Sin embargo, la lucha le dejó secuelas y una experiencia de vida.

"Uno oye las noticias. Oye verdad, por pláticas de otras personas, que alguien está sufriendo de alguna enfermedad, pero, pues uno nunca va a creer que lo vaya a pasar uno mismo", dijo Gloria Infante, una sobreviviente de cáncer. 

Así como Infante, cientos de personas han llegado a pensar que nunca serán diagnosticados y es cuando más difícil puede ser el recibir la noticia.

"En mi familia no hay descendencia de cáncer. Mi papá falleció de cáncer, pero él falleció, quiero pensar yo porque él fumaba mucho", agregó Infante.  

Por su parte, el doctor Carlos Herrera ha podido notar de cerca los desafíos médicos y culturales que enfrentan sus pacientes, el cual comienza por la negación. 

"Les voy a decir una cosa. Todos los pacientes que vienen a verme, todos los pacientes siempre creen que a ellos nunca les iba a pasar. El cáncer es algo que le pasa a la otra persona, a mí nunca me va a pasar, hasta a la gente más saludable puede pasarle, pero como si yo hago todo bien, si esto no son cosas que podemos controlar", expresó Herrera. 

Con una vasta experiencia de más de 20 años en oncología y ginecología, Herrera destaca la importancia de realizarse los exámenes preventivos.

"Muchas veces, entre más temprano diagnosticamos el cáncer, mucho más fácil se puede erradicar. Muchas veces si está muy pequeño, nada más quitándole con cirugía lo agarramos completamente, nada más hay que seguir cuidándose entre cada tres a seis meses, es todo", añadió Herrera. 

A su vez, Infante contó que la noticia del doctor le tomó por sorpresa. 

"A las 3, 4 de la tarde, sonó el teléfono y era el doctor. Y me dijo, tienes cáncer etapa tres. Cuando a mí me dan esa noticia todo se me vino abajo, pensé en mi familia, en mis hijos, en mi mamá. Me aferré a Dios y luché", comentó Infante. 

Infante recaudó fondos para pagar las quimioterapias, un tratamiento que la dejó no solo sin pelo, también sin energía y con complicaciones hasta para comer.

Ingresa al siguiente enlace para la segunda parte de la historia:

Corazón del Valle: Sobreviviente al cáncer de seno narra su historia