Según especialistas médicos, tomar un breve descanso a primera hora de la tarde, a menudo después de la comida del mediodía, trae muchos beneficios.

Alrededor de un tercio de los adultos disfrutan de una siesta de un día normal, sin embargo, para algunas personas la siesta puede ser más perjudicial que beneficiosa.

El estrés, el tabaco y la comida rápida son los factores de riesgo principales de la hipertensión.

"Lo llamamos asesino silencioso porque la gente no le presta mucha atención hasta que tienes, lo que llamamos, daños terminales en los órganos", dijo Siddharth Wayangankar, cardiólogo intervencionista en Baptist Health de Maryland. 

Un estudio reciente realizado en China demuestra que tomar la siesta del mediodía también puede elevar la tensión arterial.

Los investigadores analizaron a más de 350.000 personas y descubrieron que los que dormían la siesta tenían un 12 por ciento más de probabilidades de sufrir hipertensión y un 24 por ciento más de probabilidad de sufrir un ictus que aquellos que no dormían la siesta. 

El riesgo era aún mayor para los menores de 60 años, ya que aumentaba su riesgo de hipertensión en un 20 por ciento.

"No podía dormir", contó Lisa Smith. 

Las personas que padecen insomnio o que tienen dificultades para tomar siestas cortas tampoco deberían participar en ello.

Los expertos afirman que las siestas se comen un poco de esa cuota diaria de sueño, por lo que dificulta conciliar el sueño y permanecer dormido por la noche.

Sin embargo, para la mayoría de la gente, las siestas son beneficiosas si se hacen correctamente.

Los especialistas sugieren que se debe tomar la siesta entre la 1 y las 3 de la tarde, asegurarse de no sobrepasar los 20 o 30 minutos e intentar dormir la siesta en el sofá en lugar de en la cama para no alargar demasiado el sueño.