En 2016, Jessica Ford comenzó a notar un temblor involuntario en su mano derecha. Este continuó por meses antes de ir al médico, donde le diagnosticaron la enfermedad de Parkinson.

"Durante un tiempo pensé que esto terminaría con mi vida o la cambiaría drásticamente", dijo Ford.

Ford dice que le tomó un año ajustar su actitud hacia la enfermedad y encontrar una medicina que le ayudara con sus síntomas.

Permaneciendo activa durante todo este tiempo.

"La danza alimenta mi alma. Amo el movimiento. Amo la música", comento Ford.

Ahora, ella comparte ese amor con otros que también viven con la misma enfermedad.

"Para mí fue cómo, en el instante que apareció esto en mi correo electrónico, ¡me inscribí!", agrego Ford.

Se llama Bailar Con Parkinson, un programa de cinco semanas ofrecido por la corporación Northwestern Medicine y el grupo Joffrey Ballet, en Chicago.

"Sabemos que todo ejercicio es bueno para las personas con Parkinson", dijo el Dr. Danny Vega, especialista en trastornos del movimiento en Northwestern.

Vega dice que las clases de baile abordan la enfermedad en su totalidad, ayudando no solo a los cuerpos de sus pacientes, sino también a sus mentes.

"Aprender y tratar de memorizar los pasos de una rutina en una clase de baile, es bueno para la memoria y mejora el pensamiento. Hemos visto beneficios en personas que señalan mejorías en la ansiedad y la fatiga", explico Vega.

Después de estar alejada de las personas durante la pandemia de covid-19, Ford dice que también es agradable sociabilizar otra vez.

"Todavía estoy sonriendo, ¿qué te dice eso?", dijo Ford.

El baile estimula áreas del cerebro motoras y sensoriales que facilitan el equilibrio y la coordinación de los movimientos, por lo que resulta una excelente alternativa terapéutica para las personas diagnosticadas con la enfermedad de Parkinson, ya que los síntomas de este padecimiento se caracterizan por la rigidez, así que puede en casa comenzar a tomar algunos pasos de baile.