DONNA - Inicia un nuevo ciclo escolar en Texas, y con la nueva dinámica en los puentes internacionales, aumenta el estrés para los estudiantes que viven en el lado mexicano de la frontera.

Hablamos con un estudiante de último grado de preparatoria que es ciudadano estadounidense, pero que vive medio tiempo del otro lado de la frontera con su madre, quien fue deportada cuando él era pequeño.

La distancia de 15 millas para llegar a la escuela en ocasiones llega a tomarle horas y le preocupa su asistencia escolar.

Los cierres periódicos provocan que él y su hermano lleguen tarde a la escuela.

Administradores de distritos escolares también se inquietan, pues un niño ausente y un asiento vacío, les representa menos fondos para el distrito y lecciones que sus estudiantes no aprendieron.

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