La fibrilación auricular es el tipo más común de arritmia cardíaca. Se calcula que 12 millones de personas la padecen en los Estados Unidos. De no tratarse a tiempo, puede provocar coágulos sanguíneos y derrames cerebrales. 

Sin embargo, un nuevo tipo de procedimiento, aprobado recientemente por la FDA, está ayudando a los corazones a volver a latir. 

"Me gusta el drop shot. Requiere mucha práctica. Es una gran combinación de diversión y competitividad", comentó Michael Copley, de 74 años, quien con su perro Bo, pasa mucho tiempo perfeccionando su juego de pickleball.

En cierto modo, Michael, un hombre que podía volear durante horas, empezó a quedarse sin aliento con solo subir un tramo de escaleras. "Me tomé el pulso y era rápido. Y eso fue algo nuevo para mí", expresó. 

Este fue el primer signo de fibrilación auricular para Michael. Tras fracasar un procedimiento de ablación tradicional, Michael fue uno de los primeros en someterse a farapulse - ablación de campo de impulsos.

"Es como una bomba inteligente para las células del músculo cardíaco", indicó Douglas Gibson, cardiólogo y electrofisiólogo en la clínica Scripps. 

El cardiólogo Douglas Gibson afirma que, a diferencia de la ablación térmica, que utiliza un catéter para administrar calor o frío extremos con el fin de devolver el ritmo a las células cardiacas, farapulse emplea señales eléctricas.

"El farapulse no es térmico. No calienta ni congela el tejido. Aplicamos campos eléctricos al tejido, y la forma en que mata es abriendo los poros y las membranas celulares", agregó Gibson, quien informa que este método presenta menos riesgo de dañar el tejido y las células circundantes.

"Cuando se trata un trozo de músculo cardiaco con esta tecnología, solo se eliminan las células cardiacas, los nervios, los vasos sanguíneos, el esófago, que se encuentra justo detrás del corazón, todo eso es intocable", precisó Gibson. 

Un año después de la intervención, Michael ha vuelto a la cancha, sin fibrilación auricular.

Por primera vez, estudios recientes han demostrado que el 100% de los pacientes no tienen fibrilación auricular 90 días después de la intervención, la cual se compara con la ablación térmica, que funciona en el 70% de los pacientes.

El doctor Gibson afirmó que nunca ha visto nada igual en su carrera.