TAIPÉI, Taiwán (AP) — Las autoridades municipales de Shanghái comenzarán en los próximos días una ronda de pruebas de COVID-19 para determinar en qué vecindarios se puede autorizar una cierta libertad de movimiento de forma segura, mientras la población en Beijing seguía de cerca las noticias por si se declaraba una cuarentena en la capital.

China reportó el miércoles 14.222 casos nuevos, la gran mayoría asintomáticas. El país sufre su peor brote desde que comenzó la pandemia en Wuhan a finales de diciembre de 2019.

El subdirector del comité de salud de Shanghái, Zhao Dandan, anunció el miércoles que la ciudad comenzaría otra ronda de pruebas para los vecinos de la ciudad en los próximos días para determinar qué distritos tenían un menor riesgos. Las zonas donde se declare "cero COVID en la sociedad" podrían tener una cierta libertad limitada.

Ese término, utilizado por las autoridades chinas de salud, se refiere a la situación en la que sólo se detectan nuevos positivos en personas que ya estaban bajo vigilancia, como en centros de cuarentena o que se consideraban contactos estrechos de un paciente. En ese momento se considera que se ha roto la cadena de transmisión local.

La cuarentena total en Shanghái lleva casi un mes en vigencia y se está cobrando un precio en los vecinos confinados a sus hogares. Aunque en la última semana unas pocas personas afortunadas han podido salir de sus casas, la gran mayoría permanece confinada.

Las autoridades reportaron 48 muertes el miércoles, lo que elevó el total a al menos 238 en la ciudad.

Entre tanto, la capital, Beijing, está inmersa en una campaña de pruebas masivas a millones de personas tras detectar varios casos durante el fin de semana. La ciudad reportó 34 contagios el miércoles, tres de ellos asintomáticos.

En los últimos días, vecinos nerviosos en Beijing han empezado a acumular comida y suministros después de ver los problemas en Shanghái, donde la población ha tenido problemas para conseguir entregas regulares de alimentos durante la cuarentena.

Las autoridades municipales en Beijing se apresuraron a prometer que se asegurarían de que las tiendas de alimentación estarían bien provistas. En una conferencia de prensa el martes, indicaron que monitoreaban el mercado mayorista de Xinfadi, de donde procede la gran mayoría de los suministros de la ciudad.

La demanda se ha disparado y algunos residentes de la ciudad comparten listas en internet de qué acumular. Varias granjas a las afueras de Beijing dijeron al diario oficial Beijing Daily News que la demanda suele tocar techo en abril y mayo. En comparación con el mismo periodo del año anterior, los pedidos habían subido un 20% debido a la demanda generada por la epidemia, según una importante explotación consultada por el periódico.

Otra granja dio una cifra aún mayor. "Desde ayer, el número de pedidos que hemos recibido ha crecido claramente, en torno al doble de esta época el año pasado", dijo el director de cadenas de suministro Zhang Xinming a Beijing Daily News.

No estaba claro si toda la ciudad quedaría en cuarentena. Por el momento, las autoridades sólo han acordonado zonas específicas donde se encontraron casos positivos. El distrito de Tongzhou de Beijing suspendió las clases el miércoles para todas sus escuelas, desde jardines de infancia y hasta secundaria.

Dado que China sigue comprometida por ahora con su estrategia de tolerancia cero, "creo que seguiremos viendo el uso de estas cuarentenas en todo el país", dijo Karen Grepin, un experto en salud pública de la Universidad de Hong Kong. "En todo caso, la variante ómicron ha aumentado el desafío de controlar el virus y por lo tanto hacen falta medidas más estrictas si el objetivo sigue siendo la eliminación local".

La estrategia de tolerancia cero ha funcionado bien contra versiones previas del virus y ha garantizado que durante la mayoría de los dos últimos años, la gente en China pudo vivir en un mundo prácticamente libre del virus.