En el condado Cameron, la industria del camarón enfrenta una de las peores crisis de las últimas décadas, debido a la falta de la fuerza laboral extranjera, el bajo costo del camarón en el mercado, pero sobre todo, una competencia dispareja por la masiva importación de camarones de granja, según empresarios locales. 

Además, propietarios de barcos camaroneros externos señalan no contar con el respaldo de algún funcionario al nivel local, estatal o federal. 

"No tenemos el apoyo, no tenemos la ayuda de los oficiales que representan al estado de Texas ni al nivel de Washington, verdad, nos sentimos solos", comenta Carlton Reyes, propietario de barcos camaroneros.

Este es el sentir de la mayoría de los empresarios y quienes se dedican a este giro comercial en el sur de Texas. Además, los dueños de negocios en una desesperación por hacer público una de las mayores crisis que enfrenta esta industria, un amplio grupo de empresarios acudieron a la corte de comisionados del condado Cameron para solicitar al juez Eddie Trevino declarar esta industria en desastre.

"La intención fue de explicar al juez lo que está pasando con esta industria, estamos quizás en un año de los más feos que yo he visto en los 50 años que tengo trabajando en este puerto", agrega Reyes.

Pese a ello, la tarde de este miércoles 12 de julio se realizó una ceremonia religiosa en el Puerto Isabel para implorar por quienes deciden zarpar con la esperanza de recuperar la inversión de sus operaciones, las cuales oscilan de entre 30 mil a 45 mil por embarcación.

"Una vez que nuestros camaranos salen al mar, pues allí no hay donde parar, sino que tienen que darle y seguirle a la pesca y devolverse y estamos hablando casi de un mes allá fuera en el mar y para nosotros es importante porque los encomendamos a dios y hoy tenemos la misa de los camaroneros como le decimos en el pueblo", agrega Jessie Garza, padre de la iglesia católica Nuestra Madre de la estrella en Puerto Isabel. 

El panorama actual para la industria camaronera en este sector pesquero es desolador frente a la próxima corrida del camarón que inicia el 15 de julio.